sábado, 26 de septiembre de 2015

El fin del blog...~

Hasta acá nos ayudo Dios...~


Cuando comencé este blog, la idea era construir historias que nacieran del alma, que imiten situaciones cotidianas de la vida que dejamos pasar por ir apurados en nuestra rutina. Historias, cortos, relatos... relaciones amorosas que nunca pasarán, o bien, se hacen carne, para luego, dejar una moraleja de vida...


Hoy, y como hace tiempo, no tengo más que mis propios momentos amorosos en la mente, y, ahora en la memoria...

¿Como escribir sobre amor, cuando lo he perdido?

Entonces... se me ocurre una sola historia más..

Única en su tipo, abrumada por la conciencia de quien escribe, y aterrada por un futuro que llega demasiado pronto.



*



No hacen más de cinco años, algunos meses y también días,  que he dejado que mis intenciones por buscar un futuro abandonadas, para así encontrar lo que realmente quiero, lo que todo el mundo deseo tanto, que a veces, deja escapar lo que tiene frente suyo, por la sola ceguera que le produce el hecho de no abrir los ojos a los detalles cotidianos de la vida.

FELICIDAD.

He derramado incontable lágrimas en su nombre, he destruido recuerdos físicos, intentando que mis emociones sean, al menos, un poco mas tenues. No lo logre, y en cambio, solo cree basura en mi hogar y miseria en mi alma. Pero lo he superado.


Hoy, he realizado un nuevo viaje. He conocido a una muchacha que, con solo mirarme, sabe lo que estoy pensando. Cual libro abierto, redactado por los mismísimos sentimientos, son mis ojos al verla a ella. Me conoce, y con cierto disimulo, baja su mirada, toma por su mano al pequeño y emprende rumbo hacia la orilla de aquel mar azul de aguas cálidas, cargadas de turistas disfrutando de un maravilloso día. La acompaño.

La tomo por la cintura, con la delicadeza que una princesa merece, y con el amor que un príncipe debe otorgarle. Casi de sorpresa, la levanto en el aire, exigiendo que libere un sollozo grito de carcajada y temor. Le sonrió al continuar nuestra caminata a las aguas. Ella se entromete en mi mirada, la distingue con ritmos de amor y melancolía. La ignora.
Nos zambullimos, gritamos, jugamos y repetimos esto todos y cada uno de los días que nos encontramos abordando las vacaciones en esta playa paradisíaca. Es nuestro eden, y también, fue nuestro destino de luna de miel.
Los largos días de esta estación tan calurosa, hace que sobren momentos para compartir. Pero, ¿A quien le importa? Estamos en medio de un majestuoso lugar, que con solo concentrarte en su enardecido pero sublime viento, te relaja, saboteando cualquier problema que la vida llegase a proponernos. Y eso hago. Descanso mi vista concentrando mi atención en el mar, en las parejas caminando de la mano, y en el color tostado que cada una posee en particular. Ella se entretiene con el niño, hasta que sin dudarlo, nos toma de la mano a los dos y nos invita a un nuevo paseo, pero esta vez, sin aguas saladas de por medio. Comenzamos a crear un camino, tomados de la mano, cual pareja enamorada. El viento me roba un suspiro. Ella se pierde en mis pupilas por un momento, divaga por quien sabe cuantos microsegundos, hasta que me entiende, baja la cabeza y continua.

Somos felices.



*



Llegamos al aeropuerto. Cansados, agobiados del viaje, nos disponemos a encontrar nuestro vehículo y emprender kilómetros a nuestra ciudad.
La música es y será nuestra fiel compañera, y nuestros aullidos, nuestros terribles acompañantes. Nos dejamos llevar, hasta que la radio, entre las millones de canciones que posee, prefiere tocar "Prohibido nuestro amor" del famoso canta-autor Paz Martinez. Me cayo. Se nota mi silencio, pues hasta el parabrisas agradece que deje de aturdirlo con tales vibraciones. Ella nuevamente observa fijamente a mis ojos, como si indagará cual detective esperando respuesta de su testigo. Agacha la mirada y ahora, cambia la radio a una de rock poco entretenido, pero, en fin, nuevas melodías.

Llegamos.

Decidimos dejar todo equipaje en el automóvil, pues deseamos descansar. Damos un vistazo apresurado a nuestro hogar, confirmando que todo se encuentre en impecables condiciones. La sala, el lobby, la cocina parece estar tal cual lo dejamos, con un poco más de polvo quizá, pero en fin, sin cambios.
Subimos y chequeamos las habitaciones. El niño ya se dirige a la suya, mientras que con mi enamorada, nos disponemos a continuar el rondín, hacia la habitación del que será, la proxima bendición. Aún todo se encuentra en deplorables situaciones, con tarros de pintura por doquier, y la cuna esperando a por su dueño, o dueña... aún faltan siete meses. Me concentro en el enterito de jean que se encuentra arrojado sobre una silla en la habitación y mi mente se dispara quien sabe a donde. Lo sabe. No hace falta que me mire, pues esta vez, fue más fuerte que yo, e incluso el suelo conoció mis sentimientos. Me abraza, quizá fingiendo, quizá, confundiendo la llegada del nuevo miembro con la realidad de mis deseos.
No le importa. Solo me abraza y nos hacemos compañia hacia la habitación. Nos recostamos, y sin dirigir una sola palabra siquiera a nuestro Dios, nos tomamos de la mano, y dejamos que el sueño se apodere de nosotros.



*



La brisa de un lugar verañego me invita a despertar. El sol a medio del cielo, entibia mis parpados y toda su piel. La acaricio suavemente, para que se despierte sin alteraciones, pero ¿Qué sentido tiene?
Sé que el pequeñó vendrá, correteando como siempre y se echará bruscamente para que nos enfademos y comencemos una guerra de cosquillas. Y así es tal cual sucede.

Sonreímos por demás, tanto que nuestros ojos, incluso se bañan en gotas de placer, de felicidad. Nos relajamos y nos disponemos a vestirnos para comenzar nuestra rutina de vacaciones. El pequeño lo entiende y se escabulle a su habitación para ponerse rápidamente su traje de baño y disfrutar de otro esplendoroso día de playa. Ella, semi-desnuda se pone de pie para tomar sus ropas, y yo me ciego tras tal preciosa silueta. Lo siente, siente como recorro cada centímetro de su cuerpo con mi mirada, y lo disfruta. La embisto con un leve mordiscon en su muslo a lo que sonrié y asienta un juego previo a la vestimenta.

¡Que hermosa relación!

Desayunamos algo simple, sencillo y apetitivo para estar listos en tiempo record y partir a disfrutar del maravillo día que nos regala la vida. Es el último de los diez que nos tomamos este año, por lo que deseamos disfrutarlo en su totalidad.

Llegamos a las arenas blancas con todas las cosas para que el terremoto de nuestro hijo se entretenga y se divierta, y nosotros solo nos traemos tres cosas, nuestras sillas, una sombrilla y el infaltable equipo de mate. Es tan bello compartir estos detalles con quien amas de verdad.
Me siento en mi plegable, y me relajo observando lo profundo del mar, pero antes que pueda siquiera acomodarme, ya tengo a mi amada levantando mi cuerpo con todas sus fuerzas, invitando a sus hombres a una caminata bajo el Sol. Aceptamos gustosos, y en el camino, la tomo por la cintura de sopresa, levanto su cuerpo en el aire, y con la ayuda de sus piernas en mi pecho, se mantiene alli el tiempo suficiente hasta reír y tumbarnos en el piso. Las carcajadas se apoderan del momento, y sin importar la verguenza de tan terrible momento, nos levantamos y comenzamos a caminar. Nos miramos fijamente a los ojos, ambos sonreímos y entendemos que estamos cumpliendo nuestro sueño. Nos amamos, y con solo leer nuestras retinas, es suficiente para decirnos todo lo que sentimos.

Nos zambullimos en las cristalinas aguas, nadamos, jugamos, peleamos y volvemos a nadar. Innovamos la rutina conociendo nuevos lugares en esta increíble isla, y nos emprendemos en buceos exóticos para aprender sobre las profundidades. Es inimaginable las maravillosas tomas fotográficas que puedes obtener bajo el agua.

Cansados de un agotador pero espléndido día, retornamos a nuestro departamento, y de allí tomamos rumbo hacia el aeropuerto. Vaya día, algo que jamás olvidaré.

SOMOS FELICES.





*



Llegamos a Buenos Aires, y tras nervios por aterrizajes no muy entrenados, nos desprendemos de ese trozo de metal, para subirnos a nuestro vehículo.
Apenas luego de encender el motor, ya la música esta sonando a un volumen elevado, pero no tanto como el tono de su voz. Nunca le gusto cantar, pero desde que estamos juntos que nos hacemos los artistas, aún más cuando estamos en un viaje.
Entre las millones de canciones, suena "Prohibido Nuestro Amor" del gran músico Paz Martinez. Sin pensarlo, mi enamorada sube el volumen y ambos cantamos con tanto sentimiento, que llega a ser ensordecedor para el niño. Pero ¿Que existe más hermoso que encontrar en la radio el tema que designaste como tuyo con tu pareja hace mas de 9 años?.
Ella me mira, regalandome una sonrisa pura de una niña de 15 años, y yo me pierdo en ella, recordando los días en que tenía 17, y, sin mi permiso, mis labioso susurran las palabras más bellas que el diccionario posee: "Te Amo".

¡QUE HERMOSO ESCUCHAR UNA CANCIÓN CON TANTOS SENTIMIENTOS!

Tocamos freno por última vez, en la puerta de nuestro hogar. Decidimos dejar todos los bolsos arriba del auto, solo queríamos acostarnos a descansar, pero antes, hacemos una recorrida por nuestro hogar para corroborar que todo se encuentre en idénticas condiciones que cuando nos fuimos. El niño no pierde tiempo y se dirige derecho a su habitación.
Paseo con mi enamorada, con conversaciones pequeñas y casi silenciosas, observando que en el hall, en el lobby, en la cocina y en la sala, todo pareciera estar perfecto. Decidimos ir a las habitaciones, y nos distraemos en el camino con los ronquidos el pequeño. ¿Como puede alguien dormir tan rápido? De tal palo tal astilla menciona el dicho, y si que tiene a quien salir.
Casi como si supiera que estoy pensando, mi pareja me mira, se tapa la boca con todas sus fuerzas para no reír y me empuja a continuar hacia la habitación de nuestra expansión de familia. Faltan 7 meses aún, pero ya está la habitación casi terminada, solo falta pintar una sola pared, los muebles y la cuna, pero para ese entonces,todo estará más que terminado. Ella se pierde en la habitación y juguetea con el enterito cual usa para pintar. Se ve muy sexy con el. Me escapo de la realidad por unos momentos. Ella lo nota y sin pensarlo me despierta con un tierno beso, susurrando a mi oido "Eres lo más hermoso que me pasó en la vida. Tal cual lo soñamos, lo tenemos. Te amo". Es como si supiera exactamente que es lo que pienso. Me descifra sin dificultad, y ello, me sienta muy bien.

SOMOS FELICES.

Al llegar a nuestra habitación, es inevitable para mi tomarme unos segundos para contemplar su belleza. Su cuerpo continua prácticamente igual a cuando tenía 18 años, y sus actitudes, son tan similares, que pareciese que nunca hubiese transcurrido el tiempo. Al acostarnos, nos miramos, y con un sutil gesto en su rostro, me da la espalda. La entiendo.
Me aproximo a ella y la abrazo, tan fuerte como cómodo sea, y nos dejamos llevar por un majestuoso sueño que nos invade el cuerpo, pero antes, casi sin pensarlo de sus labios salen algunas palabras.

< ¿Ya estás durmiendo? >

< No reina ¿Pasa algo? >

< Nada, solo quería decirte que te amo, Buenas noches mi rey, >

< Buenas noches Amor de mi vida >




*



Textuales palabras sofocando sentimientos, en los sueños y en la realidad. Despierto. Mi almohada esta empapada justo en el sitio donde se encontraban mis ojos. Mi pareja se encuentra despierta observandome ¿Acaso ha estado allí toda la noche?

< ¿Que ocurre que me mirás así? >

< No has dejado de llorar en toda la noche, pero entre el llanto, tu reías. ¿Qué has soñado?>

Casi entumecido y sonrojado, me incorporo en la cama para responderle.

< Solo he revivido algunos momentos de la vida, solo fue eso. >

 Nuevamente, ella me mira, me analiza y baja su mirada...

Yo, solo la abrazo e intento contenerla. Todo ha sido un sueño, y hemos vuelto a la realidad, pero por más que intente, es inútil. Ella se cierra en su razón, y con tanta que tiene, es impenetrable la coraza que viste.

Con lágrimas en los ojos, ella susurra en mi oído.

< Debió haber sido una mujer fantástica, porque aún luego de tanto tiempo, puedo distinguir en tu mirada como la imaginás.>

Sé de que habla, y no tengo replica para ello, pués ha sido el más grande amor de mi vida.

Asiento con firmeza, y con poca calma replico.

< Lo era... precisamente eso... era. >





*  *  *





Dicen que el espiritu del cuerpo humano no está preparado para entregarse dos veces en la vida a dos personas diferentes. Es como que no posee la fuerza necesaria para hacerlo, y es por eso que nos aferramos tanto al primer amor, porque... ¿Quien no cambiaría todo por un segundo con aquella persona a la que recordamos con tanto amor?

Y no me refiero a la primer pareja que tuvimos, si no, más bien, a la primera persona a la que le entregamos el corazón, aquella por la que dimos todos y más para poder ser felicies. Y lo fuimos, tanto, que ahora que no la tenemos, anhelamos, soñamos e ilusionamos en base a ella.


Para siempre, amor de mi vida... Te amaré.

P.D. Cabe destacar que cada uno de las palabras, fue escrita con tanto sentimiento que incluso nublo la mirada. Esta basada en sueños reales que jamás se pudieron cumplir.












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